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miércoles, 8 de diciembre de 2021

Los 'nadies de los nadies'

 



Eduardo Galeano y Pino Solanas, hablando de Latinoamérica (en libros y cine documental), utilizaron el término ‘nadies’, para definir a los marginados, los desplazados, a los que ‘no tienen voz’, a los que ‘invisibilizan’ con total naturalidad. Esa fue y es la historia de Latinoamérica desde la conquista y  la colonia con los pueblos originarios (existen otros ‘nadies’, que hablaremos en otros capítulos). Por eso debatían historiadores, economistas y los hoy ‘politólogos’ de las academias, si luego de la liberación en el siglo XIX, del imperio español y portugués en el sur de América, la región había sido un feudalismo o un sistema pre-capitalista. La respuesta  no está concluida, cuando aún se acrecienta más el yugo de otro imperio, y hasta donde seguimos siendo otro tipo de colonia.

Fue José Carlos Mariátegui quien comenzó a analizar con ese excelente libro, ‘La tarea americana’ y la influencia de Antonio Gramsci, qué estaba sucediendo en la América Latina. Allí están sus dos artículos más importantes de 1928: ‘El problema del indio’ y ‘El problema de la tierra’. Lo más original de Mariátegui, como periodista, historiador, hombre de la cultura, es que al alejarse por un tiempo de su Perú natal, había podido ver el centro de la cuestión. No escribía con categoría europeas, sino con el conocimiento de quien pensó desde Latinoamérica. Había estado dos años- enviado por su gobierno en Europa- y pudo ver el nacimiento del fascismo italiano y conocer a Gramsci, que empezaban a organizar la resistencia, de sindicatos, universidades, de un nuevo partido contra un ex socialista llamado Benito Mussolini que avanzaba con sus ‘camisas negras’ sobre Roma, mientras inspiraba a un ‘cabo austriaco’ en la Alemania del Weimar.

En esos artículos citados, estaba lo simple de lo que aún sigue sucediendo. Cómo fueron esclavizados los originarios y cómo les han quitado la tierra. Agregaba además- por conocer bastante de lo que sucedía en su tiempo- en cómo había continuado luego de la liberación del imperio español, que denominaba la etapa del ‘republicanismo’: los mismos sistemas de dominación, opresión y manejo de los pueblos originarios, más los esclavos que habían traído desde el siglo XVIII desde África. Argentina no tuvo ese problema en su zona más fértil de la Pampa, ya que a los originarios los exterminó por esas zonas,  y a los descendientes de los negros esclavos en las colonias, los termina enviado a la ‘Guerra del Paraguay’. Por eso si se quiere debatir entre ‘Güemes y la lucha de clases’, primero habrá que definir no solo las estructuras sociales- culturales, sino lo que la colonia dejó como modelo de producción: el apoderamiento de la tierra y de las minas de plata y oro. No simplificar en un ‘marxismo mecánico’, que solo induce a estructuras y determinismo económico, sino volver sobre el tema en estos ‘tiempos modernos’ de la cultura. Ya no solo una ‘cultura’ como un derivado de una superestructura, sino en analizar orígenes.

Estos tiempos de Medios, redes sociales, satélites que tienen bastante vigilados cada algoritmo que manejamos, ya no alcanzan frases como ‘concientizar’ si no se tiene en cuenta quienes intervienen. Entre quienes monopolizan la información y luego el uso (muchas veces repetitivo) de eso como imposición ideológica. Con la ‘cultura’ sucede lo mismo. Son modelos que buscan que la gente se identifique, para luego pasar a ser lo cotidiano: lo natural.

La información que el lunes 22 de noviembre se realizó una marcha en Embarcación- Salta por la muerte de un anciano Wichi, tuvo poca repercusión. Mucho menos en Buenos Aires (donde el dicho dice: dios atiende en un mostrador). Por datos que me llegan (no solo un video que se viraliza en las redes sociales), fue el anciano al banco y luego que pudo cobrar con su tarjeta, fue asaltado y luego lo asesinan. Las imágenes del video eran de la familia y de la comunidad Wichi marchando por las calles de Embarcación, ante una indiferencia desoladora. ¿Dónde están los jueces?, ¿donde está la justicia?, ¿qué hizo la policía? Mariátegui escribía: “A la República le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando ese deber, la República ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria”.

Carlos Liendro


martes, 7 de diciembre de 2021

Género y nuevas sexualidades

 


Las marchas de la Ola verde, irrumpieron y sorprendieron a muchos. En primer lugar a la Iglesia. Se decía que algunos candidatos políticos en nuestro país, no pudieron ganar debido a su apoyo a estos cambios culturales. Desde la aparición de aquel libro ‘El segundo sexo’, de la filósofa Simone de Beauvoir, luego de la Segunda Guerra Mundial, cambiaron muchas cuestiones del feminismo en el mundo, contra el orden patriarcal.

Existen hoy muchas corrientes feministas. Luego aparecieron conceptos y la lucha en lo que conocemos ahora como ‘género’. Existen etapas en cómo se fue definiendo en los 70, los 80 y a partir de los 90 (luego de la aparición del neoliberalismo conservador en el mundo globalizado). Los pañuelos verdes y los celestes, fueron una de las últimas disputas que aparecieron en torno al tema del aborto, y mostró la fuerza de las mujeres (principalmente jóvenes,) sobre quienes deciden en su cuerpo.  Finalmente la Ley salió y aún – en muchas provincias- siguen generando disputas. Si hacemos una crónica de cómo se llega a la Ley de interrupción voluntario del embarazo, 27. 610 (que sigue en debate de parte de políticos, legisladores, instituciones, etc), podemos decir que no sucede de un año para otro. Varias veces se intentó en el Congreso y ‘los pañuelos celestes’ ganaron primero. Todo eso se transmitía por TV, y la gente podía seguir los acontecimientos. Hasta que llegó otro año: algunos legisladores cambiaron su mentalidad y votaron a favor de los pañuelos verdes.

El género está relacionado directamente con la cultura. Y ha dejado de ser definido como una cuestión de sexo; los escritos freudianos aclaraban, que la sexualidad no es solamente una deferencia anatómica (‘Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica de los sexos’, 1925).  Hoy parecerían salir a la luz: nuevas sexualidades. No es tan así: solo basta conocer como se manifestaba la homosexualidad entre los griegos, hasta en cuestiones de tradiciones, que no estaban ocultas.  El psicoanálisis, la sexología, corrientes derivadas de la sexualidad y el poder (como ha hecho Michel Foucault en ‘Historia de la sexualidad’), nos vuelven a actualizar de qué está sucediendo; pero de lo que más nos interesa entender es ¿cuáles son las resistencias de una sociedad, de las familias, de la religión y la política?

En primer lugar es entender lo que se niega. La sexualidad es algo de la naturaleza humana, como lo es la agresión. Todo individuo tiene ese componente. Lo que se analiza y se puede comprender mejor entonces es cómo la cultura y una familia, permite desarrollar esa sexualidad. Freud desde sus inicios tuvo persecuciones por solo mencionar que un niño tenía sexualidad. Esto le costó la expulsión, indiferencia, ataques de las academias, de las Iglesias, de los círculos científicos (Freud era neurólogo). Tuvo que pasar la Primera Guerra Mundial, para que sus textos (que habían comenzado entre 1890 y 1912) fueran aceptados. Y dejara de ser perseguido. Con el siglo XX, estos saberes están en la gente, en los jóvenes que buscan respuestas.

Se ha estrenado la película ‘Yo nena, yo princesa’. En ella se relata la historia de Luana, que fue la primera niña trans que obtuvo su DNI. No fue fácil: el camino estaba lleno de obstáculos familiares, institucionales, de una lucha personal; permite a su vez que muchos padres se interroguen sobre qué harían en ese lugar. Luana se autopercibía desde los dos años como mujer, habiendo nacido con genitales masculinos. Para muchos esto es un horror, una degradación y perversión; y se encargaron de hacérselo saber, como aquellos evangelistas que fueron a gritarle con megáfonos a la puerta de su casa:¡salvala Jesús!

Si esta película se puede ver en algunas provincias del NOA, y no queda solo en circuitos universitarios y de profesionales, nos gustaría saber de sus opiniones. Las fuerzas del siglo, empujan todo hacia un túnel tecnológico, que son las redes, donde circulan las informaciones que a veces son equivocadas. Un estudio sobre la evaluación de los ESI (Educación Sexual Integral), daban datos que les servía muy poco a los jóvenes. Estos son datos que preocupan. Por qué: ¿quién les transmite la información sexual a los niños y a los jóvenes?

Carlos Liendro



(aparecido en El Independiente de La Rioja, digital)

Nuevos artículos antes de las PASO

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